En el contexto de la función pública española, el acceso al subgrupo A1 se ha reservado tradicionalmente a titulados con máster, como los ingenieros de telecomunicación, mientras que los ingenieros técnicos de telecomunicación (graduados en ingeniería) han quedado relegados al subgrupo A2. La evolución del sistema universitario y de la normativa, así como la experiencia en la gestión pública, fuerzan a revisar este modelo, especialmente en el ámbito de las telecomunicaciones.

La formación universitaria de grado en ingeniería en telecomunicación, que habilita para ejercer como ingeniero técnico, proporciona una sólida base científica, técnica y de gestión. Los planes de estudio de grado (240 ECTS) incluyen competencias como la redacción y firma de proyectos, el desarrollo y explotación de redes y servicios, la aplicación de normativa, la resolución de problemas y la gestión de recursos en el ámbito de las telecomunicaciones. Estas competencias permiten a los graduados desempeñar funciones de responsabilidad técnica, gestión, planificación y docencia en la administración pública.

La reciente jurisprudencia y los últimos cambios normativos han reconocido que, salvo para profesiones reguladas que exijan expresamente el máster, el título de grado es suficiente para acceder a puestos del subgrupo A1 en la administración pública. Esto se aplica especialmente a puestos técnicos, docentes o de gestión en telecomunicaciones donde no se requiere el ejercicio pleno de todas las atribuciones reservadas al ingeniero de telecomunicación (actual máster).

Existe un porcentaje muy elevado de competencias profesionales que coinciden entre ingenieros técnicos e ingenieros de telecomunicación. Los ingenieros técnicos pueden, por ejemplo:

  • Redactar y firmar proyectos en su ámbito.
  • Dirigir la ejecución material de obras e instalaciones de telecomunicación.
  • Emitir informes, peritaciones y certificaciones técnicas.
  • Gestionar y mantener infraestructuras y equipos de telecomunicaciones.
  • Participar en tareas de docencia, gestión y supervisión en la administración pública.

Es evidente que estos profesionales están capacitados para desempeñar la mayoría de funciones habituales en los puestos públicos de telecomunicaciones, tanto en labores técnicas como de gestión o docencia.

Sin embargo, existen atribuciones exclusivas del ingeniero de telecomunicación, como la dirección integral de grandes proyectos, la firma de proyectos de máxima complejidad, la responsabilidad última sobre infraestructuras críticas o la coordinación de equipos multidisciplinares en entornos de alta especialización. Estas competencias, aunque esenciales en determinados puestos, no suelen ser requeridas en la mayoría de plazas de la administración pública clasificadas como A1, donde las funciones habituales pueden ser cubiertas sobradamente por un graduado en ingeniería de telecomunicación.

Actualmente, en muchas ramas universitarias, el grado (240 ECTS) permite el acceso directo al subgrupo A1, mientras que en ingeniería se mantiene la exigencia del máster para el acceso a ciertos cuerpos, lo que genera un desequilibrio respecto a otras titulaciones. El Tribunal Supremo ha confirmado que los títulos de grado en ingeniería permiten el acceso al grupo A1, siempre que el puesto no exija una profesión regulada concreta.

Además, el Senado ha instado recientemente al Gobierno a permitir la reclasificación de los cuerpos de ingenieros técnicos al subgrupo A1, reconociendo la realidad técnica, académica y profesional de los graduados en ingeniería.